San Romero figuró en el Sínodo Amazónico en octubre. |
[ English ]
|
|
El movimiento en la postulación de cualquier candidato a Doctor de la Iglesia avanza a paso glacial y por ende hasta me pregunté si valía la pena ofrecer un balance de fin de año en el caso de San Óscar Arnulfo Romero, el mártir salvadoreño apenas canonizado en octubre de 2018. Obedeciendo a varios llamados que podríamos calificar de “dottore subito” (doctor inmediatamente), parecido a los llamados por la pronta canonización del Papa Juan Pablo II, el actual arzobispo de San Salvador pidió al Papa Francisco que iniciara un proceso para nombrar a Romero “Doctor de la Iglesia” el día después de su canonización.
No obstante la lentitud que acostumbradamente caracteriza los procesos, hay suficiente que reportar para justificar este informe. En primer lugar, Eminens Doctrina puede confirmar una previsible y no sorprendente aplicación de frenos a la solicitud de algunos sectores de abrir un proceso en el Vaticano, quizá para no tener una causa prematura, fuera de control. Las autoridades romanas han confirmado que es muy temprano para iniciar un proceso con cualquier seriedad, dado que la apertura de tal causa presume que las enseñanzas del candidato han tenido una difusión y absorción extensiva que para Mons. Romero todavía es demasiado temprano decir que ya sucedió.
Por otro lado, la muerte del P. Robert Pelton y del Arzobispo León Kalenga, los promotores más entusiastas de la causa, ha hecho del 2019 un annus horribilis para la causa doctoral. El P. Pelton propuso a Romero como un “Doctor Pastoral de la Iglesia Universal” en marzo del 2017. La propuesta fue retomada en mayo de ese año por Mons. Kalenga, entonces Nuncio Apostólico en El Salvador, quien la presentó ante una asamblea del Concejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), “arrancando espontánea y efusivamente un gran y masivo aplauso”, según un informe del CELAM. Ambos habían seguido haciendo vítores por la causa desde sus puestos correspondientes. Incluso Mons. Kalenga, en su discurso de despedida cuando fue nombrado Nuncio en Argentina, dejó el tema pendiente como uno de los encargos para su sucesor.
Mons. Kalenga falleció el 12 de junio en Roma, después de una grave enfermedad. El prelado congoleño era canonista y tuvo afinidad con el Papa Francisco, quien lo nombró como su representante para su tierra de origen. Esto debiera darle gran autoridad para promover la causa. De hecho, a Mons. Kalenga se le atribuye haber movilizado a la conferencia episcopal salvadoreña para promover la causa de beatificación y canonización del primer santo salvadoreño. Cuando el nuevo Nuncio en El Salvador, Mons. Santo Gangemi, celebró la Misa del primer aniversario de la canonización de Romero, en su extensiva homilía no habló de “Romero, doctor de la Iglesia”.
El P. Pelton falleció el 4 de noviembre a los 98 años. Entre sus proyectos pendientes, estaba elaborando una historia de la teología latinoamericana, en la que ubicaba tanto a Mons. Romero como al Papa Francisco. También quería establecer una junta asesora conformada por teólogos y estudiosos para coordinar investigaciones y estudios sobre Romero con el objetivo de proporcionar apoyo a la Iglesia Salvadoreña para promover la causa de Romero, doctor. Me consta porque el P. Pelton me había invitado a participar en el proyecto. Con su muerte, no queda nadie que me llame continuamente para platicar sobre Romero, Doctor de la Iglesia. Bien puede ser que algunos acepten mi llamada y platiquen con entusiasmo sobre el tema, pero ya no hay quien inicie tal llamada.
También falleció el 30 de agosto Robert Waldrop, fundador de la Casa del Trabajador Católico “Oscar Romero” de Oklahoma City, otro gran devoto del mártir salvadoreño. Aunque no fue ni clérigo, ni teólogo, ni estudioso, Waldrop ayudó a difundir la espiritualidad Romeriana. En el 2002, presentó “Siete Sermones de Oscar Romero para la Cuaresma”, una colección de fragmentos de homilías, agrupadas en siete grupos, que este blog publicará el próximo año. Waldrop también redactó oraciones y otras obras de espiritualidad en homenaje a Romero y a otros santos y héroes de la justicia social, incluyendo Dorothy Day y Stanley Rother, entre otros. Fue un gran luchador y un gran trabajador católico.
Pero no todas las noticias son desalentadoras. Un desarrollo positivo, importante ha sido que el influyente teólogo Gustavo Gutiérrez avale la idea de Romero, doctor, llamándola una iniciativa “excelente”. En la medida en que el P. Gutiérrez, “Padre de la Teología de la Liberación”, es un teólogo influyente, podría instar a otros teólogos a estudiar a Romero e incorporarlo en sus análisis, que ayudaría a avanzar la causa. El P. Gutiérrez ha experimentado una suerte de vindicación en Perú, donde recientemente fue otorgado un doctorado «honoris causa» y fue elogiado por el nuevo arzobispo de Lima Mons. Carlos Castillo (“Nos enseñó a ver la realidad con los ojos de los pobres”). Otra nota positiva que puede pasar desapercibida es la votación por la conferencia de obispos norteamericanos a favor de otorgar el título Doctor de la Iglesia al antiguo padre cristiano San Ireneo. El detalle está en que Ireneo fue un mártir, y su aceptación dejaría el campo libre a otros mártires, incluyendo a San Óscar Romero (hasta este momento no ha habido ningún doctor mártir).
El primer santo salvadoreño también tendrá compañía el año entrante, cuando Eminens Doctrina pronostica que habrá cuatro nuevos beatos—mártires todos—del país centroamericano. En el primer cuarto del año se puede esperar decretos favorables honrando al P. Rutilio Grande, S.J. y sus dos compañeros, Manuel Solórzano y Nelson Lemus, asesinados en 1977, como también del P. Cosme Spessotto, O.F.M, de origen italiano, pero asesinado en El Salvador en 1980. Los nuevos beatos levantarán el perfil de San Romero, ya que él encabeza el elenco. Como dijo Francisco en 2014: “hay otros que fueron asesinados, aunque no están a la altura de Romero”.
Finalmente, se le preguntó al Papa Francisco cuando regresaba de su reciente viaje a Asia si todavía pensaba publicar una encíclica sobre la guerra justa. Se ha pensado que esta incluiría alguna referencia a Romero, quien trató la no-violencia en su cuarta carta pastoral. “Sí, el proyecto está ahí, pero el próximo Papa lo hará, porque apenas tengo tiempo”, dijo Francisco con su acostumbrada franqueza. “Hay proyectos que están en los cajones…: uno sobre la paz, por ejemplo, está ahí, está madurando”. Otra cosa que ayudaría bastante a promover el doctorado, pero por el momento no hay movimiento.
Por tanto, 2019 nos aconseja moderar las expectativas y prepararnos para una larga espera.
No comments:
Post a Comment