¿Cuál papa ha mencionado más a San Óscar Romero? |
Cuando el Papa Francisco citó un largo fragmento de una homilía de San Óscar Romero en su discurso a un grupo de la Pontificia Comisión por la América Latina, fue la décima octava vez que el Papa latinoamericano se refería al mártir salvadoreño en una declaración oficial. Esto lo convierte no solo en el Pontífice que más ha mencionado a San Romero; sino también lo ha hecho más que la suma de sus dos predecesores en conjunto. San Juan Pablo II mencionó a Romero en público en ocho ocasiones;[i] Benedicto XVI en tres;[ii] y Francisco, dieciocho hasta la fecha.[iii]
La diferencia entre la cantidad de veces que cada papa ha mencionado a Romero se explica fácilmente a base de las circunstancias de cada pontificado. A San Juan Pablo le tocó hablar de Romero cuando este fue asesinado, y las dos veces que el papa polaco visitó El Salvador; incluyendo, en ambas ocasiones, la Tumba de Romero (el único pontífice en hacerlo hasta la fecha). Benedicto, en cambio, ascendió al trono de San Pedro un cuarto de siglo después del asesinato, y renunció el pontificado antes de que se concluyera el proceso de santidad de Romero (aunque fue él, quien lo impulsó a la recta final). Finalmente, Francisco ha sido el Papa durante tanto la beatificación como también la canonización de Romero, y el que ha tenido que contextualizarlo.
Por otro lado, la diferencia entre Francisco y sus predecesores no ha sido solo la cantidad de menciones sino también la calidad de estas. Juan Pablo y Benedicto mencionaron a Romero en términos generales, para retomar la figura de Romero de manera positiva, y también su martirio. Ambos nos dejaron frases memorables: Juan Pablo describía a Mons. Romero como un “pastor celoso”. Benedicto resalta por su frase expurgada del registro—cuando dijo que personalmente no dudaba la santidad de Romero, autoridades vaticanas pensaron el pronunciamiento prematuro.
Francisco, por su parte, ha sido el primer papa en citar las palabras de Romero (el 7 de enero del 2015), el primero en citarlo como autoridad para establecer un dato (el 15 de noviembre del 2018), el primero en dedicar todo un documento a Romero (el 23 de mayo del 2015), y también el primero en dedicar un discurso entero a Romero (el 30 de octubre del 2015).
Las cinco referencias más significativas de Romero por el Papa Francisco han sido estas:
La “Carta Apostólica” declarándolo Beato. El texto resume los méritos del arzobispo que lo hacen digno de veneración en la Iglesia, por ser un: “Obispo y mártir, pastor según el corazón de Cristo, Evangelizador y padre de los pobres, [y] Testigo heroico del Reino de Dios, Reino de justicia, fraternidad y paz”. El Cardenal Ángelo Amato explicó que estas palabras reconocían que Romero “amó a sus fieles y a sus sacerdotes con el afecto y con el martirio, dando la vida como ofrendo de reconciliación y de paz”. Esto cambió el discurso completamente sobre Romero, especialmente en El Salvador. [Análisis adicional.]
La carta al Arzobispo de San Salvador para la Beatificación de Romero. En este texto, Francisco presenta a Romero, en vida, como “imagen de Cristo Buen Pastor”, y ya Beato, como un “amigo en la fe” para “quienes lo invoquen como protector e intercesor, quienes admiren su figura, [y] encuentren en él fuerza y ánimo para construir el Reino de Dios”. Francisco cita las palabras de Romero, diciendo que “Es necesario renunciar a «la violencia de la espada, la del odio», y vivir «la violencia del amor, la que dejo a Cristo clavado en una cruz, la que se hace cada uno para vencer sus egoísmos y para que no haya desigualdades tan crueles entre nosotros».” (Ver, Homilía, 27 de noviembre de 1977.)
Discurso ante peregrinos salvadoreños después de la beatificación. Como es cierto en muchos discursos del Papa Francisco, lo que hizo impacto de esta alocución no fueron las palabras del texto oficial preparado para la ocasión, sino la parte que el Pontífice añadió espontáneamente al final para reconocer que Romero había sido maltratado por la Iglesia. “Yo era sacerdote joven y fui testigo de eso”, dijo el Papa con su característica franqueza: “fue difamado, calumniado, ensuciado, o sea que su martirio se continuó incluso por hermanos suyos en el sacerdocio y en el episcopado”. Las palabras llevaron al Arzobispo de San Salvador a pedir perdón públicamente por el maltrato de Romero.
Discurso ante los obispos centroamericanos durante la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá. Francisco presentó a San Romero como un referente para los obispos: “Su vida y enseñanza”, dijo el Papa, “son fuente constante de inspiración para nuestras Iglesias y, de modo particular, para nosotros obispos”. El Papa propuso el lema episcopal de Romero, “Sentir con la Iglesia”, como la “brújula que marcó su vida en fidelidad”, y que “expresa de manera clara su principio inspirador y lo que fue su vida de pastor”. Francisco también señaló la “Kénosis” de Romero: su disponibilidad de vaciarse de todo rasgo del poder y de todo privilegio mundano, como guía para imitar más fielmente a Cristo.
Finalmente, el discurso ante la Academia de Lideres Católicos. Un mes después de rehabilitar al P. Ernesto Cardenal, sancionado por Juan Pablo II por integrarse al gobierno sandinista, Francisco reiteró que los cristianos deben priorizar su lealtad a la iglesia sobre cualquier otra, incluso a organizaciones políticas, citando lo que podríamos llamar la “Doctrina Romero”—un extenso fragmento de una homilía del santo, en que explica las responsabilidades en la ‘dimensión política de la fe’. “En América Latina tenemos un santo que sabía bien de estas cosas”, dijo el Papa, asegurando que Romero elaboró su fórmula para los políticos cristianos “con la mente y el corazón puestos en Jesús y guiado por la Doctrina social de la Iglesia”.
Próximamente esperaremos ver a San Óscar Romero citado en alguna encíclica u otro documento del magisterio papal. Esto indicaría que además de ser un gran mártir, San Romero es también un maestro del Concilio traducido en acción pastoral, como nos ha estado indicando el Papa Francisco en las referencias más recientes.
[i] Las ocho menciones por S. Juan
Pablo II fueron: (1) el «Angelus»
del 26 de marzo de 1980; (2) el «Angelus»
del 25 de marzo de 1981; (3) oración en la Catedral de San
Salvador del 6 de marzo de 1983; (4) Santa Misa en Metro Centro el 6 de
marzo de 1983; (5) Audiencia General del 16 de marzo de
1983; (6) saludo a los catequistas en la
Catedral de San Salvador el 8 de febrero de 1996; (7) Audiencia General del 14 de febrero
de 1996; y (8) la conmemoración de los mártires del
siglo XX en el Coliseo el 7 de mayo del 2000 (en italiano).
[ii] Las tres menciones por Benedicto
XVI fueron: (1) el «Angelus»
del 25 de marzo del 2007; (2) la conferencia de prensa volando a
Brasil desde Roma el 9 de mayo del 2007; y (3) las palabras dirigidas a los obispos
salvadoreños en su visita «Ad Limina»
el 28 de febrero del 2008.
[iii] Las dieciocho menciones por el Papa
Francisco han sido: (1) la conferencia
de prensa volando de Corea a Roma el 18 de agosto del 2014; (2) Audiencia
General del 7 de enero del 2015; (3) la
Carta Apostólica del 14 de mayo del 2015; (4) la carta
al arzobispo de San Salvador del 23 de mayo del 2015; (5) el «Regina Caeli» del 24 de mayo del 2015;
(6) el «Angelus» del 9 de agosto del 2015; (7)
palabras
a los peregrinos salvadoreños el 30 de octubre del 2015; (8) discurso
a la Curia Romana del 21 de diciembre del 2015; (9) homilía
matutina en la Capilla Santa Marta del 23 de mayo del 2017 (en italiano);
(10) carta
por el centenario del nacimiento del Beato Romero del 18 de julio del 2017
(en latín); (11) la homilía
de canonización del 14 de octubre del 2018; (12) palabras
a los peregrinos salvadoreños el 15 de octubre del 2018; (13) discurso
en el Colegio Pio Latinoamericano del 15 de noviembre del 2018 (ver
también); (14) discurso
a los obispos centroamericanos en la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá
el 24 de enero del 2019; (15) saludo
a los jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá el 24 de enero del
2019; (16) palabras
a los jesuitas centroamericanos en la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá
el 26 de enero del 2019; (17) Audiencia
General del 30 de enero del 2019; y (18) palabras
a un grupo de la Pontificia Comisión para la América Latina el 4 de marzo del
2019.
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