Tuesday, August 31, 2021

The Key to the Salvadoran Martyrology

 


[ Español ]

#Beatification

#Canonization

 

Martyrs are perennially the best the Church has to offer,” Cardinal Gregorio Rosa Chávez (photodeclared at a press conference last Friday after the announcement that he will lead the beatification of four new martyrs in El Salvador on January 22, 2022. (The new blesseds will be the Jesuit Fr. Rutilio Grande, the Franciscan Friar Cosme Spessotto and the laymen Manuel Solórzano and Nelson Lemus.)

Rosa Chávez posits a constant truth in the history of the Church: martyrs are the highest exemplars of holiness and that’s the reason the catalogue of saints is referred to as the "martyrology." That is why the ancient father of the Church Tertullian famously said “The blood of martyrs is the seed of the Church.” Their example is so powerful and compelling that it energizes the growth of belief. Somehow, though, we have managed to make it very complicated with the bureaucratic process for the recognition of new martyrs.

Part of the complication arises from the fact that the study of each case takes so long that the results do not come out — as we can see in the case of these new martyrs from the Salvadoran Civil War — until the conflict that produced their deaths has been resolved and archived. When the result finally comes out, all the urgency and immediacy that drove that cause has already dissipated. For this reason, during the process for the now sainted Oscar Romero, many wished to hasten the process so that the declaration of his holiness could bring relief and encouragement to the suffering, to the poor who desperately looked to him.

This attenuation between the martyrs and the elapsed history in which their martyrdom took place requires a gloss that explains the importance and implications of their martyrdom. For the four new martyrs for El Salvador, there is no greater reference guide for their martyrdom than the work of Saint Romero: above all, his homilies and his pastoral letters.

The biographer of the soon-to-be-Blessed Rutilio Grande has said that “Archbishop Romero cannot be understood without Rutilio Grande” — meaning that it was the murder (we would say martyrdom) of Grande that moved Romero to prophetically denounce that injustice and many others. But we can say in a similar fashion that Rutilio and the other martyrs cannot be understood without Romero's teaching, which explains why these Christians were so immersed in that cruel Salvadoran reality, what their ministry consisted of, and what violent reaction awaited them, among so many things catalogued so systematically in Romero's opus, which is a true theology of martyrdom in El Salvador. Romero expressed his ecclesial vision thus: “a Church that is alive, a Church of martyrs, a Church that is filled with the Holy Spirit” (Dec 31, 1978 Hom.). This is the Church that will be presented on January 22, 2022 in the atrium of the Salvadoran Cathedral.

The beatification of Grande, Spessotto, Solórzano and Lemus is the second installment required to understand the Salvadoran martyrology. The first installment was the canonization of Romero. But alongside the beatification of these new martyrs is another installment, which is Romero's teaching. There is still another chapter that is the recognition of WOMEN’S martyrdom, but we will leave that for another day.

La Clave del Martirologio Salvadoreño

 


[ English ]

#Beatificación

#Canonización

Siempre los mártires son lo mejor que tiene la Iglesia”, declaró el Cardenal Gregorio Rosa Chávez (foto) en una conferencia de prensa el viernes pasado tras el anuncio de que será el purpurado quien estará a cargo de la beatificación de cuatro nuevos mártires en El Salvador el 22 de enero del 2022. (Los nuevos beatos serán el jesuita P. Rutilio Grande, el franciscano Fray Cosme Spessotto y lo los laicos Manuel Solórzano y Nelson Lemus.)

Rosa Chávez propone una verdad constante en la historia de la Iglesia: los mártires son los máximos ejemplares de santidad y por eso el elenco de los santos se llama el “martirologio”. Por eso el antiguo padre de la Iglesia Tertuliano dijo famosamente “La sangre de los mártires es la semilla de la Iglesia”. Su ejemplo es tan poderos y convincente que energiza el crecimiento de los creyentes. Pero, de alguna manera, como que lo hemos vuelto más complicado con el proceso burocrático que produce el reconocimiento de nuevos mártires.

Parte de la complicación surge de que se tarda tanto el estudio de cada caso que los resultados no se dan—como vemos en el caso de estos nuevos mártires de la Guerra Civil Salvadoreña—hasta que el conflicto que causó su muerte ha quedado superado y archivado. Cuando se da el resultado, ya toda la urgencia e inmediación que impulsó aquella causa ya se ha desgastado. Por eso, durante el proceso del ahora santo San Óscar Romero, muchos hubiesen querido apresurar el proceso para que la declaración de su santidad llevara alivio y aliento al sufrido pueblo, a los pobres que de él dependían.

Este distanciamiento entre estos mártires y aquella historia ya archivada en que se dio su martirio requiere de una glosa que explique la importancia y las implicaciones de ese martirio. Para los cuatro nuevos mártires de El Salvador, no existe mayor guía de referencia para explicar sus martirios que la obra de San Romero: más que todo, sus homilías y sus cartas pastorales.

El biógrafo del próximo beato Rutilio Grande ha dicho que “Mons. Romero no se comprende sin Rutilio Grande”—queriendo dar a entender que fue el asesinato (diríamos martirio) de Grande lo que conmovió a Romero para impulsarlo a denunciar esa injusticia y muchas otras proféticamente. Pero podemos decir de igual manera que no se entiende a Rutilio ni a los otros mártires sin el magisterio de Romero que nos explica por qué estaban estos cristianos tan inmersos en la cruel realidad salvadoreña, en qué consistía su ministerio, y que reacción violenta les esperaba, entre tantas cosas plasmadas tan sistemáticamente en la obra de Romero, que es una verdadera teología del martirio en El Salvador. La visión eclesial de Romero la expresó así: “esta Iglesia que son ustedes, tan viva, una Iglesia tan mártir, una Iglesia tan llena del Espíritu Santo” (Hom. 31 dic. 1978). Es la Iglesia que se va a presentar el 22 enero de 2022 en el atrio de la Catedral salvadoreña.

La beatificación de Grande, Spessotto, Solórzano y Lemus es la segunda entrega en para entender el martirologio salvadoreño. La primera entrega fue la canonización de Romero. Pero a la par de la beatificación de estos nuevos mártires va otra entrega, que es la enseñanza de Romero. Todavía falta otro capitulo que es el reconocimiento del martirio MUJER, pero eso lo dejamos para otro día.

The Key to the Salvadoran Martyrology

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